La auriculoterapia se puede utilizar como tratamiento complementario junto con otros tratamientos médicos o terapias. No sustituye la atención médica convencional, pero puede ser una herramienta eficaz para apoyar la salud y el bienestar.
Sección de preguntas frecuentes (FAQ)
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La auriculoterapia es una técnica de medicina alternativa que utiliza puntos específicos en la oreja para tratar diversas afecciones físicas y emocionales. Se basa en la idea de que la oreja es un microsistema que refleja el estado de salud del cuerpo.
La auriculoterapia estimula puntos en la oreja que están relacionados con diferentes órganos y funciones del cuerpo. Al aplicar presión, agujas, chinchetas o semillas en estos puntos, se busca equilibrar y restaurar la salud, aliviando síntomas o mejorando el bienestar general.
La mayoría de las personas no sienten dolor durante el tratamiento. Puede haber una leve sensación de incomodidad o un ligero pinchazo al insertar las agujas, pero generalmente es bien tolerado. Las semillas y chinchetas suelen ser indoloras.
La cantidad de sesiones puede variar según la condición a tratar y la respuesta del paciente. Por lo general, se recomienda un ciclo inicial de 3 a 5 sesiones, seguido de revisiones periódicas para evaluar el progreso.
La auriculoterapia es generalmente segura, pero es importante que me informes sobre cualquier condición médica que tengas. De esta forma podré evaluar si esta técnica es adecuada para ti y si necesitas algún ajuste en el tratamiento.
Después de la sesión, algunas personas pueden sentir una sensación de relajación o bienestar, mientras que otras pueden experimentar una ligera fatiga. Estos efectos son normales y suelen desaparecer en poco tiempo. Se recomienda beber agua y descansar.
La duración de los efectos puede variar. Algunas personas sienten alivio inmediato, mientras que para otros, los resultados pueden ser más progresivos y pueden durar desde unos días hasta varias semanas, dependiendo de la afección tratada.
Si. No se recomienda realizar la auriculoterapia a embarazadas, pacientes con trastornos hemorrágicos, personas con infecciones en la piel o heridas abiertas en la oreja, pacientes con implantes en la oreja, personas con enfermedades mentales graves, niños muy pequeños y pacientes bajo tratamiento médico intenso.